La diabetes tipo 2, la más común, puede ocurrir cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina: Las células no pueden absorber glucosa y convertirla en energía como resultado de esta resistencia.

Esta condición se va generando a lo largo de los años y muchas veces aparece en la edad madura, en las mujeres en la menopausia, en los embarazos o como consecuencia de un aumento de peso sostenido en el tiempo.

La forma en que se detecta es simple, porque se manifiesta con altos niveles de azúcares en la sangre; existen dispositivos que mediante tiras reactivas miden el índice de glucemia, esto es glucosa en la sangre, que debe estar por debajo de 110 para ser normal. Si una medición de este tipo resulta muy alta, es necesario consultar para hacer más estudios para confirmarla y comenzar a tratarla.

Hay una serie de señales que no debemos dejar pasar porque son posibles indicadores de índices altos de glucemia.

   -Fatiga sin razón aparente, con somnolencia o no.

    -Picazón en la zona genital, especialmente en la mujer

    -Infecciones recurrentes ya sea urinarias, en la piel, en las encías ( esto incluye micosis)

    -Irritabilidad, más o menos notoria

    -Entumecimiento de manos o pies

   - Heridas que tardan en cicatrizar

    -Visión borrosa

Si tienes más de uno de estos síntomas, hay que consultar al médico. La diabetes sin tratar genera un alto desgaste en el organismo, perjudica los vasos sanguíneos, los riñones, el corazón, la vista y al organismo en general, aumentando el riesgo de infarto y accidentes cerebrovasculares.

En muchos casos, la diabetes mejora en gran medida con cambios en el estilo de vida.