El fotógrafo incluyó algunos textos entre sus trabajos, en los que llama la atención sobre la necesidad de preservar el medioambiente. Imágenes que ya se vieron y otras nuevas.

Cuando caminamos por el bosque con esa prolongación electrónica del cuerpo que llamamos celular, todas y todos tomamos imágenes. La diferencia entre los más comunes de los mortales y Tonny Romano es que, ante su mirada, el gran nudo que asoma de un coihue o el río que alberga decenas de bañistas en los veranos, se convierten en obras de artes. Además, en “Tierra, aire, agua y fuego”, intentan exteriorizar un mensaje.

Así se llama la muestra que está a consideración del público en la sala Frey, hasta el próximo 19 de junio. Descansa sobre un concepto: “es una idea fotográfica con un poco de texto para ayudar a concientizar sobre el cuidado del medioambiente, a través de mi mirada de fotógrafo en diferentes paisajes de Bariloche y algunos de Mendoza”, reseñó el exfotógrafo de El Cordillerano. “También está un lugar siempre tan querido por mí: el Vertedero, conocido por todos, pero no comprendido, y tremendamente descuidado”, cuestionó.

Antes del paréntesis pandémico, Romano sorprendió con sus primeras muestras en hoteles céntricos, en el SCUM y otros sitios. Algunos de sus trabajos se recordarán fácilmente, pero en sala Frey hay novedades. “Nuevas son las fotos de Mendoza, de este año”, introdujo. “Me encontré con lugares muy hermosos pero que tienen cierta particularidad, como La Payunia. Es una extensión que, por desmanejos gubernamentales, está cajoneada la carpeta que la declararía patrimonio de la humanidad y así, permitieron que una petrolera meta sus uñas, escarbando. Es una lástima, porque es el único lugar en el mundo que tiene una concentración de 880 conos volcánicos”, compartió el fotógrafo. De sus andanzas mendocinas también derivaron imágenes de “la Caverna de las Brujas, un lugar hermosísimo”.

Tampoco se vieron hasta ahora retratos de un paraje más cercano, “un cañadón muy interesante que está cerquita de Bariloche, al que le pasamos por arriba en auto o en micro. Está llegando al Chocón y pasa por debajo de la Ruta 237, es hermosísimo porque si venís desde El Chocón con guía, te llevan en barco por la represa y se puede conocer el cañadón desde abajo. Te muestran diferentes formaciones y vestigios de huellas de dinosaurios, líquenes y plantas ancestrales”, describió.

Así las cosas, “junté el material nuevo con el que ya tenía, con paisajes de Bariloche y del Vertedero, hice la muestra y edité un pequeño catálogo que se distribuye en formato digital, con todas las fotos, inclusive las que no están acá. Los textos hablan de la importancia de cuidar nuestro medioambiente, para que no nos quedemos con la mitad”, ironizó el expositor.

Esa intención de explicitar es nueva en sus muestras. “Pasó que tuve la oportunidad de conocer a varias familias de la Línea Sur, que tienen un emprendimiento turístico muy interesante. Tuve que ir a hacerles fotos y conociendo sus historias de vida, la historia de sus padres y abuelos, de cómo se establecieron en estas tierras, empecé a darme cuenta de que no estamos porque sí, sino que estamos para algo. Ese para algo es cuidarlo”, proclamó Romano.

Ante esa certeza, “mi posibilidad es hacerlo como fotógrafo, acercando a la gente que por diversos motivos no puede llegar al campo, imágenes que, sin darnos cuenta, se están perdiendo”, señaló. Por ejemplo, “hay fotos que tienen que ver con el Steffen, muy cercanas a los incendios que tuvo que soportar. Quiero rescatar en imágenes, lo más que se pueda de todo eso. Es el aporte que puedo hacer para concientizar al resto de la sociedad y a los jóvenes: tenemos que cuidar nuestra casa y mantenerla limpia para que nos dure. Por eso, de mi parte esta muestra tiene un poco más de inmersión en el medioambiente”.

Durante el paréntesis sanitario Romano no permaneció quieto: incursionó en muestras virtuales a través de galerías internacionales e inclusive, impulsó una participación colectiva de la Asociación de Artistas Plásticos de Bariloche en el mismo formato, pero de la muestra en curso rescató “poder encontrarte cara a cara con la gente, con los amigos, con los afectos, aunque todavía con el temor de darle un abrazo a alguien, pero no me preocupa demasiado”, relativizó.

La presencialidad, insuperable. Hubo presencia de autoridades municipales. Foto: Facundo Pardo.

“El reencuentro físico con la gente es fundamental. No podíamos seguir encerrados en las cuatro paredes, fue duro, pero aprendí un montón de cosas y ese aprendizaje, me llevó a trabajar con mi interior, en mi espíritu, con más fuerza y poder salir de a poquito, lograr mejores fotos y pergeñar esta exposición, que es la primera de muchas que pienso hacer”, desafío.

“Tierra, aire, agua y fuego” puede visitarse de 10 a 15 y de 18.30 a 20.30. Además, durante su extensión pasarán cosas. El próximo jueves (9 de junio) a partir de las 18, el propio Romano brindará la clase titulada “¿Qué cámara compro? Cuerpo, lentes, memoria, ISO, velocidad, precio, peso”. En tanto, la semana siguiente (jueves 16), a la misma hora, aclarará las diferencias entre “Revelado o edición”. Otra contribución no menor para superar equívocos.

De https://issuu.com/tonnyromanofotografo/docs/tierra_aire_agua_fuego-catalogo_web puede bajarse el hermoso catálogo digital que el fotógrafo editó a propósito de la muestra y además, su producción puede seguirse a través de @tonnyromanofotografia en Instagram y /tonnyromanofotografias en Facebook. Pero acercarse a la sala Frey hasta el 19 de junio, será irremplazable.