Juan Benítez es el papá de Manuel, el refugiero de veintinueve años que el 26 de abril, en medio de condiciones climáticas adversas, sin –de acuerdo a lo señalado por familiares y compañeros de trabajo– el suministro de los medios de seguridad necesarios, intentó ir al refugio Frey a cumplir con su labor. Nunca llegó. Dos días después, hallaron su cuerpo a cien metros de aquel lugar.

Juan apunta tanto a la responsabilidad de quien trataba directamente con su hijo, el concesionario, Federico Pajarín, como a las autoridades del Club Andino, por no controlar debidamente cómo se actuaba en el lugar. Se debe destacar que, tras lo que sucedió con Manuel, varios trabajadores hablaron, públicamente, de condiciones laborales precarias, partiendo de la base de que la mayoría estaba “en negro”. Además, expusieron que no contaban con los equipos adecuados para cumplir con ese tipo de tarea.

La familia de Manu –como lo llamaban sus conocidos– ya organizó una marcha por la ciudad, que se desarrolló el 11 de mayo, desde Onelli y Brown hasta el Club Andino Bariloche, y luego una concentración con velas el último lunes, en la sede de esa institución, en 20 de Febrero 30, donde el padre del fallecido exigió que la dirigencia renuncie.

“No queremos que lo pasó con mi hijo se olvide, y menos que quede impune, porque fue una muerte injusta, y vamos a seguir luchando…”, dijo Juan Benítez, al mismo tiempo que anunció que la intención es seguir movilizándose o realizando las acciones que consideren necesarias: “Esto no tiene que quedar solo en una marcha, debemos continuar luchando, para que no vuelvan a ocurrir este tipo de irresponsabilidades, como pasó con mi hijo, que lo dejaron abandonado… Hay mucha gente que está en la montaña trabajando en las mismas condiciones en que lo hacía Manu”.

Cabe recordar que Juan había dicho que, antes de que se llevara a cabo la primera manifestación en reclamo de justicia, recibió un llamado del presidente del Club Andino, Martín Enevoldsen, para sumarse a la marcha. La respuesta fue negativa. “Le dije que no llamara ni me molestara más”, señaló el padre de Manu en aquel momento.

En aquella movilización, cuando los manifestantes llegaron al Club Andino, integrantes de la entidad salieron y expusieron la posición de la entidad.

A veinte días de aquello, cuando se le consultó si en aquel momento, tras la desconcentración de quienes se acercaron a lugar, o bien en los días que siguieron, había conversado con representantes de la institución, Juan expresó: “No tenía, ni tengo, interés en hablar con ninguno de ellos”.

De esa manera, en cuanto al anuncio de un cambio de concesionario, Juan sostuvo: “Me enteré de que sacaron a Pajarín. Claro, ahora lo toman como chivo expiatorio. Pero no se trata solo de hacer eso. El Club Andino tiene una cuota muy grande de responsabilidad, al igual que Parques Nacionales”. Y precisó: “Los directivos del Club, más que nadie”.

Consultado acerca de si, tras la muerte de Manuel, había hablado con quien era su jefe, la persona que en ese momento estaba a cargo de la concesión, indicó: “Pajarín se intentó contactar el día en que estábamos velando a mi hijo… Después, en otro momento, llamó y atendí, porque no sabía quién era. Me dijo que quería juntarse conmigo, y le contesté lo mismo que a Enevoldsen, que no tenía ningún interés en reunirme con él”.

Así, detalló: “A Pajarín le dije: ‘¿Qué querés que conversemos? Si te tuviera enfrente, debería matarte, es lo único que podría hacer; no voy a charlar con vos, así que no me llames más’”.